Chuparse el dedo y chupete: ¿qué consecuencias tienen para los dientes?

Los dientes de nuestros hijos son muy diferentes a los de nuestros abuelos. Muchas cosas han cambiado en los últimos cincuenta años, incluida la forma de nuestras caras, mandíbulas, bocas, microbiota intestinal y vías respiratorias.
¿Por qué es tan común hoy en día la extracción de las muelas del juicio o de las amígdalas, cuando nuestros abuelos no necesitaban hacerlo?
Piénsalo por un momento.
La razón es que, en general, nuestra cara no se desarrolla completamente para incluir los 32 dientes que conforman la dentadura de un adulto.
Entre los factores que contribuyen en este fenómeno se encuentran los alimentos para bebés, el uso de tazas, las tetinas de goma, etc. Como resultado, nuestros rostros son más restringidos y menos simétricos.
La pregunta que tenemos derecho a hacernos es: ¿debemos culpar de todo a los chupetes y al hábito de chuparse el dedo? ¿Son realmente perjudiciales los chupetes para la formación de los dientes? Resolvemos todas tus dudas en este artículo.
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¿Qué factores perjudican el desarrollo oral de los bebés?
Muchos padres no son necesariamente conscientes de los cambios en el desarrollo facial de sus bebés. De hecho, la investigación en este ámbito apenas está comenzando y el campo médico empieza a ser más abierto sobre estos temas.
Debido a las muchas opiniones sobre lo que es correcto en la infancia, a veces es difícil para los padres saber lo que es bueno para sus hijos. Por ello es fundamental educarse sobre el tema del desarrollo dental para no repetir mitos y costumbres sobre la crianza que pueden ser perjudiciales para el crecimiento del bebé.
Los alimentos para bebés son un buen ejemplo de ello. Muchos padres tienen miedo de que sus hijos se atraganten con comida y se obstruyan sus vías respiratorias. Por ello, suelen darles de comer solo alimentos blandos y procesados, lo que impide que los niños mastiquen con frecuencia, un hábito necesario para desarrollar la mandíbula.
Los cuatro elementos esenciales para un buen desarrollo oral son:
- Dejar los hábitos de succión
- Establecer buenos hábitos de alimentación y deglución
- Fomentar una buena masticación
- Asegurarse de que el niño respira por la nariz
Lee este artículo si quieres saber más sobre todo lo que puedes hacer para que tu hijo no tenga que usar ortodoncia en el futuro.
Efectos del chupete en la dentición

Los chupetes pueden ser, en algunos casos, beneficiosos para los recién nacidos que necesitan mamar con urgencia. Las tetinas también ayudan a los bebés a desarrollar los músculos orales cuando tienen dificultades para mantener el enganche o agarre durante la lactancia.
Por otro lado, los chupetes también se han asociado a un menor riesgo de SMSL (síndrome de muerte súbita del lactante)[1].
Lo realmente preocupante es el tiempo de uso y el impacto que tiene en la mala dentición. No es ningún secreto que el chupete puede provocar la deformación de los dientes.
Si tu hijo lo sigue utilizando después de los primeros seis meses, puede ser contraproducente para un buen desarrollo dental y puede convertirse en un objeto de confort. Sin embargo, antes de los seis meses, su uso es beneficioso para ayudar a fortalecer los músculos orales y los reflejos innatos.
La diferencia entre succionar y mamar
Mamar es un reflejo que implica que la lengua se mueva en un movimiento de ida y vuelta. Mientras el bebé mama, la lengua se ahueca y permite «transportar» más leche durante la lactancia.
Entre los dos y los seis meses, los bebés pasan a succionar. La succión es un movimiento controlado activamente por el bebé y supone un movimiento descendente de la lengua.
La lactancia materna es la mejor opción para garantizar una progresión y una transición natural hacia la succión, y algunos estudios sugieren que el chupete puede prevenir este cambio [2].
Aunque el uso del chupete fortalece los músculos de la succión (y el desarrollo de la boca y la mandíbula), su uso prolongado puede tener un impacto negativo y retrasar el desarrollo de la succión.
Además de debilitar este reflejo, el chupete también puede convertirse en una necesidad emocional tranquilizadora y el bebé puede volverse dependiente de su uso.
¿Cuándo debe dejar de usar el chupete un bebé?

Como regla general, el momento adecuado para dejar el chupete es alrededor de los cinco meses, cuando tu hijo haya empezado a balbucear.
Es precisamente en esta etapa cuando el bebé toma el control de su lengua y de su boca y sustituye el acto de mamar por la succión.
También es el momento en que le empiezan a salir los dientes de leche, por lo que es más fácil sustituir el chupete por un mordedor u otros artículos autocalmantes.
Dejar de utilizar el chupete en una fase temprana, alrededor del sexto mes de vida, evita que el bebé lo utilice como objeto de consuelo y elimina por completo la respuesta emocional, a veces difícil, que se produce si decides quitárselo a una edad más avanzada.
Una vez que el uso del chupete supera la marca de los dos años, existe una mayor probabilidad de que se produzca un desarrollo dental inadecuado [3] y malformaciones en la boca.
El uso del chupete se asocia con el desarrollo de las siguientes maloclusiones:
- Mordida anterior: cuando los dientes delanteros no están alineados
- Mordida cruzada posterior: cuando los dientes superiores e inferiores están desalineados y los molares no encajan entre ellos.
- Ancho intermolar estrecho.
Estos problemas dentales podrían evitarse [4] dejando de utilizar los chupetes antes de los seis meses. El uso de la terapia miofuncional [5] puede facilitar esta transición. También se sabe que esta terapia mejora los hábitos de deglución y la posición de la lengua del niño, lo que puede ayudar a evitar problemas de salud más adelante.
Una herramienta para el consuelo emocional

Si tu hijo ya ha superado la edad de usar el chupete y ahora lo utiliza como instrumento de consuelo, es probable que te resulte difícil quitárselo. Una vez que los niños alcanzan los 24 meses de edad o más, quitarles este objeto se convierte en algo traumático para ellos [6].
Los adultos bienintencionados suelen ofrecer muñecos a sus hijos para calmarlos, cuando la raíz del problema es la idea de que se trata de una emoción incómoda.
Los niños pueden sentir preocupación, inseguridad, agitación, pero en lugar de abordar la raíz del problema, hemos aprendido a curar el síntoma: el llanto. Esto enseña al niño a inhibirse o reprimirse cuando está preocupado en lugar de gestionar sus emociones.
Si te fijas bien, los adultos también hacemos cosas similares: nos refugiamos en nuestros hábitos para calmarnos. Dar golpecitos con los pies, fumar, masticar un bolígrafo, sumergirse en las redes sociales son actividades que nos llevan de nuevo a esta comodidad.
Lo mejor que podemos hacer es no dejar que nuestros hijos se escondan detrás de estos hábitos. En lugar de ofrecer el chupete, puedes ofrecer tu apoyo.
Hay muchos recursos disponibles para retirar el chupete, pero una cosa es cierta: aunque es un hábito difícil de romper, el niño debe dejarlo definitivamente, ya que después de los 24 meses perjudicará su desarrollo dental y puede causar problemas más adelante.
El aspecto más importante del desarrollo dental es que los padres sean conscientes de los hábitos orales que se forman a una edad temprana.
¿Cómo afecta los dientes el chuparse el dedo?

Chuparse el dedo es un hábito entrañable que puede empezar en el útero: algunos padres tienen imágenes de ultrasonido de su bebé chupándose el dedo.
Chuparse el dedo es un hábito tan infantil que puede parecer poco natural dejarlo. Pero, aunque es adorable, puede afectar al desarrollo de los dientes.
Es importante romper el hábito de chuparse los dedos, ya que puede causar problemas en el desarrollo de la boca. Además, cuanto más crezca tu hijo, más difícil será romper el hábito.
La mayoría de los niños se chupan el dedo en algún punto, ya sea el pulgar o uno de los dedos medios. Y en algún momento, ellos solos superan el hábito. Pero, ¿hasta qué punto puede un niño chuparse el dedo sin que esto le cause problemas orales?
La mentalidad de «la vieja escuela» era bastante relajada con respecto a chuparse el dedo. La mayoría de los padres y de los dentistas esperaban a que el niño superara esta etapa por sí mismo, y a veces ni siquiera trataban el problema hasta mucho más tarde.
Pero, como ocurre con la mayoría de los hábitos, cuanto más tiempo pase, más difícil resultará corregirlo. Así que nos enfrentamos a la pregunta: ¿a qué edad debemos dejar de chuparnos el dedo? ¿Cuándo puede comenzar a causar problemas este hábito?
¿A qué edad comienzan a chuparse el dedo los niños?
Todos los bebés descubren su pulgar en diferentes momentos. Muchos se chupan el pulgar en el útero, mientras que otros nunca lo hacen. Sin embargo, suele ser en los tres primeros meses de vida cuando el niño crea este hábito.
¿A qué edad deben dejar de chuparse el dedo?
La respuesta corta es: después de los seis meses y tan pronto como sea posible. Al igual que con los chupetes, chuparse el dedo puede ayudar a los niños muy pequeños a desarrollar los músculos de la mandíbula. Sin embargo, después se convierte rápidamente en un problema.
Algunos creen que chuparse el dedo es beneficioso para la psicología del niño, pero esto no se convierte en un acto de consuelo hasta el final del primer año. Además, es un hábito que hace que el niño se retraiga y, aunque parezca más tranquilo, en realidad no está viviendo el momento presente; es como si estuviera ausente.
Mucha gente cree que no es necesario preocuparse por este hábito antes de que salgan los dientes permanentes, pero esto no es cierto. El crecimiento de los dientes de leche prepara el terreno para los dientes adultos. Y, por otro lado, cuanto mayor sea tu hijo, más difícil será romper el hábito.
Deformación de la dentadura por chuparse el dedo
Cuando tu hijo se chupa el dedo, la fuerza de succión puede hacer que los dientes se inclinen hacia delante y causar diferentes tipos de maloclusiones, incluyendo:
- Mordida anterior: cuando los dientes delanteros no se alinean, pero los molares sí.
- Mordida cruzada posterior: cuando los dientes superiores e inferiores están desalineados y no encajan entre sí.
¿Tiene algún beneficio chuparse el dedo?
Si tu hijo se chupa el dedo tampoco es el fin del mundo. En un recién nacido, esto puede ayudar a desarrollar los músculos de la mandíbula y la boca [7]. Pero estos beneficios pueden desaparecer rápidamente después de los seis meses de edad.
Otro beneficio es que los bebés que tienen este hábito son menos propensos a la hipersensibilidad alérgica [8]. Esto se debe a la «hipótesis de la higiene» [9], que sugiere que un estilo de vida demasiado «desinfectado» puede ser la causa de un aumento de las alergias y las enfermedades autoinmunes.
Sin embargo, esta teoría no es suficiente para concluir que chuparse el dedo es la mejor manera de prevenir las alergias, especialmente si se sopesan los pros y los contras.
Consecuencias de chuparse el dedo

Aunque este hábito parece inocente, sus consecuencias deben tomarse muy en serio debido al impacto que tiene durante el resto de la vida.
Las consecuencias a largo plazo de chuparse el dedo incluyen:
- Estrechamiento de la mandíbula o del paladar
- Reducción de las vías respiratorias
- Deterioro de la respiración
- Malas prácticas de deglución
- Posición incorrecta de los dientes
- Dificultades para hablar
- Problemas de habla
Una de las mayores consecuencias de chuparse el dedo es que afecta la posición de la lengua. La lengua de un niño es uno de los principales factores de crecimiento de la arcada dental. Un mal crecimiento de los dientes puede conducir a un estrechamiento de las vías respiratorias, lo que provoca trastornos respiratorios del sueño más adelante en la vida.
Los signos de una mala respiración nocturna son:
- Ronquidos
- Dormir boca abajo
- Fatiga diurna
- Síndrome de las piernas inquietas
- Enuresis
Una mala respiración nocturna perturba el sistema linfático, que se supone que funciona durante las fases más profundas del sueño. Cuando el sueño se ve perturbado por la respiración, el cerebro no puede eliminar importantes neurotoxinas.
Esta acumulación de neurotoxinas se ha asociado a muchas enfermedades, entre ellas el Alzheimer, que va en aumento y se sitúa ahora como la tercera causa de muerte en todo el mundo.
Mi hijo se chupa el dedo, ¿cómo puedo ayudar?
Hay muchos artículos y técnicas disponibles sobre el tema de chuparse el dedo, pero nos gustaría centrarnos en las 7 mejores formas de detener este hábito en tu hijo:
- Empieza pronto: cuanto antes lo ayudes a dejarlo, más fácil será.
- Coge la mano de tu hijo cuando este sienta la necesidad de chuparse el dedo o utiliza una manta, por ejemplo, o un peluche. Esto puede ayudar cuando el hábito se ha convertido en un consuelo emocional.
- Elogia a tu hijo por no chuparse el dedo: explícale que es para bebés y que ya es un niño grande (o una niña grande).
- Anímalo a pensar por qué se chupa el dedo. O bien, pregúntale sobre ello y discútanlo.
- Después de los seis meses de edad, preséntale a tu hijo una dieta dura. Esto le permitirá concentrarse en la masticación, lo que reducirá su necesidad de utilizar el pulgar.
- Utiliza el ejercicio en casa para ayudar a tu hijo a desarrollar una buena función oral [10].
Dejar de chuparse el dedo a una edad temprana
Chuparse el dedo puede parecer una actividad bonita y tierna, pero a largo plazo perjudicará el desarrollo dental de tu hijo.
El 80% de la población padece trastornos respiratorios del sueño causados por el estrechamiento de las vías respiratorias. Para evitar que esto le suceda a tu hijo, es una buena idea fomentar el abandono de este hábito a tiempo.
Dejar de chuparse el dedo a tiempo es uno de los cuatro elementos del desarrollo dental de un niño. Los otros tres son:
- Establecer una buena deglución
- Fomentar una buena masticación
- Respirar por las fosas nasales
Muchos padres no son conscientes de que tienen una enorme influencia en el desarrollo oral de sus hijos. Después de leer este artículo, compártelo con tus amigos y familiares para que se tomen en serio estos sencillos consejos que pueden marcar la diferencia en la salud dental de los niños.
PubMed: Pacifier use and SIDS: evidence for a consistently reduced risk
PubMed: Suckling and non-nutritive sucking habit: what should we know?
PubMed: Effects of pacifiers on early oral development
PubMed: Effects of nonnutritive sucking habits on occlusal characteristics in the mixed dentition
Dr. Steven Lin: Do Pacifiers Cause Teeth Problems?
PubMed: Development of suck and swallow mechanisms in infants
PubMed: Thumb-Sucking, Nail-Biting, and Atopic Sensitization, Asthma, and Hay Fever
PubMed: The ‘hygiene hypothesis’ for autoimmune and allergic diseases: an update
Mouth Healthy: Thumbsucking